Es importante recordar que la mayoría de los lunares no son cancerosos
Durante el examen, se utiliza un dermatoscopio para examinar de cerca cualquier lunar, mancha, peca, lesión o protuberancia en la piel. Es posible que se fotografíen los lunares sospechosos para documentar su apariencia actual y poder compararlos en futuras revisiones.
Si se detecta algún lunar sospechoso, es posible que sea necesario realizar una biopsia para examinarlo más de cerca. Durante la biopsia, se toma una pequeña muestra del lunar y se envía a un laboratorio para su análisis